dilluns, 17 d’agost del 2009

Y ya estamos en casa

A las cinco de la mañana nos ha sonado el despertador. Que sueño!! A las 6:20 estabamos en la estación de autobuses sacando los sandwiches que nos habíamos hecho en el hotel para llevarnos ( un take-away del buffet de desayuno). El aeropuerto de Torp, que es en el cual opera Ryanair, está a 150 km. de Oslo; además, el servicio de dos autocares ha sdo sobrepasado por la cantidad de pasajeros que había, con lo que se ha tenido que esperar un tercer autocar a mitad del trayecto; con todo ello, no hemos llegado hasta las 8:30 al aeropuerto. Para colmo, los tres autocares han llegado a la vez, con lo que nos hemos juntado todos los pasajeros a la vez en la facturación, creando un buen colapso. Nos ha dado el tiempo justo para pasar la cola de facturación, pasar por el control de seguridad y hacer otra cola brutal en la espera para acceder al avión, mientras este se vaciaba de pasajeros y maletas que debían venir de Girona (se ve que los aviones de ryanair se pasan todo el día haciendo la misma ruta entre los dos puntos, en plan autobús urbano).
A las 13 horas llegábamos a Girona, bajo un sol abrasador, y un aire cálido propio del mismísimo Sahara. Cogíamos el autobús sin problemas, gracias a que ya habíamos comprado los tickets a la salida en Barcelona, quince días antes. A las 14:30 llegábamos a Barcelona, ¡qué calor, joder!. Hemos cogido el metro en Arc de Triomf, cuatro minutos y medio de espera, volvemos a la realidad de Barcelona. A las 15:10 horas estábamos en casa, diez horas después de habernos levantado, ya ni nos acordamos de Oslo.
Con este post termina la primera fase del blog. A partir de ahora vamos a centrarnos en crear todas aquellas crónicas que nos han quedado pendientes (excursión al glaciar, la escalera de los trolls, trekking por Jostedalbreen,..). También queremos que este blog sirva de ayuda a todos aquellos que se planteen realizar un viaje por la zona de los fiordos, indicándoles qué vale realmente la pena y qué no. Además vamos a subir todas las fotos que podamos, tanto dentro de las crónicas, como en álbumes de fotos; tenemos muchas ganas de enseñaros estas fotos pues de verdad ambos pensamos que Noruega es el pais más bello que hemos visitado hasta el momento. También queremos cambiarle la cara al blog, dándole un formato más interesante, esperamos que nuestros seguidores vayan comentando estos cambios de cara a mejorarlos.
¡¡Nos queda mucho trabajo!!.

diumenge, 16 d’agost del 2009

Día 14: Regreso a Oslo


A las 6 nos levantamos; la noche anterior habíamos hablado con la gente de recepción del hotel por el tema del desayuno. Nos dijeron que el buffet empezaba a las 7, pero que nosotros a las 6:30 tendríamos ya una mesa preparada con nuestro desayuno. Así fue, y pudimos comer prácticamente igual que si hubiéramos bajado a partir de las 7.
A las 7 marchábamos hacia la estación de trenes, con un cielo nublado amenazante, pero que por ahora nos dejaba partir sin lluvia, no nos podíamos creer nuestra suerte. Durante la media hora que duró el trayecto a pie con las maletas hasta la estación no cayó ni una gota, hasta que, justo un minuto antes de acceder a los túneles que conectan con la terminal de autobús y la estación de tren, comenzó a caer una lluvia muy fina. ¡Nos habíamos salvado de la mayor amenaza del día!


En la estación ya había mucha gente esperando y haciendo cola para subir al tren. Nosotros nos sentamos tranquilamente esperando que permitieran acceder. Quince minutos antes de la salida del tren nos permitieron subir. Al principio nos equivocamos de vagón y tuvimos que dejar nuestros asientos por otros con el mismo número pero cuatro vagones más adelante. De todos modos no hubo problema pues eran vagones gemelos y estaban poco llenos. El tren parecía mucho más moderno y cómodo que el que nos llevó de Oslo a Stavanger doce días antes.
El trayecto también fue mucho más vistoso y pudimos admirar por las ventanas las maravillas naturales de esa parte de Noruega, como el parque natural de Hardangervidda. Durante un buen tramo del trayecto pudimos contemplar senderos perfectos para cicloturismo, la baba se nos caía viendo como los ciclistas circulaban por aquella zona tan bonita.


A las 14:30 llegábamos a Oslo, y a las 15 horas estábamos en el Comfort Boersparken, nuestro hotel del primer día en Oslo. Subimos a la habitación, nos duchamos y salimos a comer. Escogimos un buffet de pizza en el Egon al lado de la estación central.
Después fuimos a recorrer la ciudad, aprovechando que por primera vez veíamos el sol en Oslo. Pudimos asistir a una especie de festival de la cultura, con conciertos, mercadillo y diferentes actividades. Cerca del Nobel Peace Center nos paramos a asistir a los juegos malabares de un cómico, el cual más tarde me cogió de asistente junto a otro par de personas; los tres fuimos víctimas de su humor, y lo peor es que Silvia lo grabó todo.
Seguimos dando vueltas por las zonas que en la anterior visita habíamos estado y en otras nuevas, como la zona universitaria, donde vimos las iglesias de Olav y de Margarita.


Como no teníamos mucha hambre nos compramos unos trozos de pastel en un Deli di Luca para comerlos en la habitación del hotel.
A eso de las 10 estábamos ya en el hotel, comiéndonos los trozos de pastel y preparando las maletas para que el día siguiente no tuviéramos que hacer nada.
Tenemos que levantarnos a las 5 de la mañana para coger el autobús al aeropuerto de Torp a las 6:30. El hotel nos permitirá acceder a su buffet para que nos preparemos la comida que nosotros queramos.
Con esto, se da por acabado nuestro viaje por Noruega. Quizás no tardemos en volver, nos gustaría hacer la zona del Cabo Norte y de las islas Lofoten. Además, la zona de Jostedaal y el Jotunheimen dan muchísimo más juego. Noruega ha sido un gran descubrimiento para nosotros.

DATOS PRÁCTICOS
Precios por persona
* Tren Bergen-Oslo NSB: 384 NOK
Reservados por Internet con antelación.

* Hotel Comfort Boersparken (Oslo): 1095 € noche / habitación con desayuno
Reservado en el mismo hotel el primer día de nuestro viaje
Dirección: Tollbugaten 4 , Oslo, NO, 0152
Phone: (47) 22 47 17 17
Fax: (47) 22 47 17 18
URL: www.comfortinn.com/hotel-oslo-norway-NO020

Datos de interés (1€ = 8,70 NOK)
Buffet Libre de Pizza en Egon: 99 NOK
Agua 0,70L en kiosko: 29,50 NOK

dissabte, 15 d’agost del 2009

Día 13: Regreso a Bergen


Nos levantamos a las 8. Desayunamos los restos de nuestra comida, ya sólo nos queda para hacernos un par de sandwiches cuando lleguemos a Bergen, y una bolsa gigante de frutos secos. Salimos antes de las 9, a buen ritmo por la carretera hacia Sogndal. En un punto determinado de la carretera, hay un peaje que nos cuesta la friolera de 20 euros; el peaje está indicado en la ruta, pero lo que no nos imaginábamos era el precio. Además, no se nota ninguna diferencia con la carretera anterior, incluso hay un punto en el que tenemos que frenar por la presencia de ovejas en la carretera. De todos modos, llegamos rápidamente a Sogndal, y desde allí tenemos que llegar hasta Fodnes para coger el ferry. Aquí tenemos un poco de mala suerte pues acaba de salir, y tenemos que esperarnos 20 minutos, lo que me permite admirar el fiordo desde la orilla: es un momento místico en el que no se escucha nada más que la naturaleza que envuelve esas montañas hundidas en el mar. Esta va a ser la última vez que pueda admirar tranquilamente un fiordo auténtico.
Aunque hemos perdido 20 minutos esperando el ferry, no renunciamos a hacer una parada en Flam, para ver el “famoso” tren que hace el trayecto desde esta pequeña población hasta Myrdal. Hay muchos turistas que llegan por mar hasta Flam, y desde allí cogen este tren. Está lleno de japoneses. Tomamos un café con unas muffins, y damos una vuelta por la zona portuaria mirando las tiendas de souvenirs, pero esta vez sin comprar nada.


Volvemos al coche para esta vez coger la directa hasta Bergen, a donde llegamos a las 13:30. Tenemos hora y media para dejar las cosas en el hotel y devolver el coche. Un poco más y no lo conseguimos. Primero nos hemos perdido a la hora de acceder a Bergen, después una chica nos ha guiado para encontrar el hotel, gracias a ella lo hemos conseguido, se ha sentado atrás y nos ha indicado las calles por las que debíamos girar, hasta llevarnos hasta la puerta del hotel, luego se ha bajado y ha seguido su camino hasta su trabajo, bajo el paraguas, protegiéndose de una lluvia bastante molesta. A las 14 horas la habitación no estaba preparada y hemos tenido que dejar el equipaje en una habitación dispuesta para ello; a continuación hemos cogido el coche y nos hemos dirigido a la oficina de Europcar. Desde el hotel el camino ha sido mucho más fácil y hemos llegado a eso de las 14:15. Luego, nos hemos parado en el Peppes Pizza en el que habíamos comido cuando alquilamos el coche, pero esta vez nos hemos ido porque el camarero estaba desbordado de faena, y tras un cuarto de hora aún no nos había atendido. Hemos llegado andando hasta el hotel y hemos comido los sandwiches que teníamos planeados. Nos hemos duchado y, mientras veíamos un partido de la liga noruega por la televisión, hemos esperado a que la lluvia diera una tregua, pero no ha sido así. A las 17:15 hemos salido a la lluvia de Bergen. El hotel está a unos 30 minutos andando del centro, con lo que hemos tenido tiempo suficiente para mojarnos y remojarnos. Los pantalones han sido los primeros en empaparse, y al final ni siquiera los chubasqueros han podido resistir. Hemos llegado bien remojados a la estación central. Hemos podido calcular lo que tardaríamos al día siguiente hasta llegar con las maletas allí, y hemos rezado porque no lloviera en ese momento. Después de esperar otro rato a que aflojara la lluvia, hemos salido por la calle Marken, una calle muy comercial y bonita. No paraban de pasar personas con sombreros vaqueros, debido a un concierto de un cantante country que se ve que es muy famoso en Noruega. Hemos llegado al mercado del pescado cuando aún quedaban algunas paradas abiertas. Nos hemos comido medio kilo de gambas y cangrejo, debajo de una carpa que nos protegía de la maldita lluvia. Luego hemos ido a dar la obligada visita al Bryggen y hemos intentado entrar en el Sjobode, pero estaba completamente lleno, así que nos hemos ido al restaurante que está en el edificio de la Hansa Germánica, donde, como no, nos hemos tomado una Hansa de medio litro, mientras intentábamos que nuestros cuerpos entrasen en calor.


Después de un rato hemos decidido volver al hotel a descansar, pues veíamos que la lluvia no iba a parar.

DATOS PRÁCTICOS

Precios por persona
* Peaje en Sogndal: 180 NOK
* Ferry Manheller-Fodnes: 88 NOK (Coche + Conductor + Adulto)
* Alquiler Coche (Europcar) + Seguro Extra: 3827 NOK
* Hotel Haukeland: 1020 NOK/noche
Reservado en la propia oficina de turismo de Bergen la semana anterior. También nos combraron las 50 NOK por la gestión.
Este día había un concierto en Bergen y una semana antes ya no quedaban habitaciones libres en el centro. Desde la Oficina de turismo nos encontraron una habitación doble en este hotel que es para pacientes y familiares del Hospital. No teníamos ni idea, por eso nos sorprendió tanto ver a una mujer paseando con pijama y una bata por un pasillo (incluso hicimos el comentario de que parecía que estuviera en un hospital). Las habitaciones son correctas, teníamos dos camas individuales, TV, y baño completo. También había conexión WIFI abierta en la habitación.
El mayor inconveniente de este hotel es que está a 3 km del centro y de la estación de autobuses y trenes, una gran distancia cuando vas cargado con maletas o llueve (algo muy habitual en Bergen).

Datos de interés (1€ = 8,70 NOK)
Café con leche + Muffin en una cafetería de Flam: 40 NOK
Cerveza en la Hansa de Bergen: 79 NOK

divendres, 14 d’agost del 2009

Día 12: La Carretera del Atlántico

Suena el despertador, son las 7 de la mañana, y sigue lloviendo. Tomamos nuestro desayuno tranquilamente en el vestíbulo fuera de la habitación. La habitación contigua permanece vacía, con lo que el lavabo sigue siendo para nosotros solos. A las 8:10 nos ponemos en camino dirección Kristiansund, tan sólo con el objetivo de cruzar Atlanterhavsveien, la famosa carretera del Atlántico, una secuencia de puentes entre islotes que algunos definen como el mejor viaje en carretera del mundo. Bajo la lluvia pasamos por Åndalsnes, subimos al ferry de Afarneset a Solsnes, pasamos la ciudad de Molde sin poder verla (dicen que es la ciudad de las rosas, pero con tanta lluvia pensamos que no vamos a disfrutarla y hoy toca hacer 700 km. de carretera) y casi sin verla pasamos la carretera del Atlántico. Cuando nos damos cuenta que ya no hay nada más, a 15 km. de Kristiansund, damos la vuelta. Aquí empieza el viaje de regreso a Bergen. Hemos decidido que volveremos a pasar por el Trollstigen, pero luego vamos a cambiar el camino para pasar por el otro lado del parque nacional de Jostedal, evitando los puertos del Geirangerfjorden, Sognefjellsveien y la carretera 55 (era una carretera preciosa pero muy dura para hacer dos días seguidos). Volvemos a pasar por la carretera del Atlántico, pero esta vez parando en sus miradores. En el primero de ellos la lluvia nos da una tregua y podemos disfrutar de sus vistas durante unos diez minutos, luego, de repente, la lluvia comienza de nuevo a caer con fuerza.


Ni siquiera los pescadores que se ponen a pescar al lado de la carretera soportan el aguacero y se tienen que poner a cubierto. Nos refugiamos en el coche y en el siguiente mirador tenemos que esperar un cuarto de hora hasta que la lluvia cesa un poco. Pero la vista desde allí tampoco vale mucho la pena.
Conclusión, no es para tanto. Si lo llegamos a saber no hacemos 150 km. de ida y otros tantos de vuelta para verla. Volvemos por el mismo camino hasta la escalera de los Trolls, a la que llegamos a eso de las 13 horas. La lluvia es mucho más suave y parece que nos va a permitir hacer mejores fotos esta mañana.


Grabamos en video toda la subida, éste sí que nos parece el mejor trayecto en carretera del mundo: 11 curvas cerradas que cruzan puentes sobre cascadas cuyas aguas caen salvajemente, una pendiente de vértigo y cuanto más subes mejores vistas se pueden contemplar. Lo malo es que arriba de todo, a 858 metros de altura, la niebla impide disfrutar del mirador desde el que se divisa toda la carretera. De todos modos nos hacemos algunas fotos y aprovechamos para comprar algún souvenir que nos faltaba.
Después seguimos deshaciendo camino por la llamada Ruta Dorada (la que llega desde Geiranger hasta Åndalsnes), parando esta vez en una zona natural con senderos para hacer trekking del cual solo podemos probar una cucharada, no hay tiempo para más.


Esta vez, en vez de volver por ferry desde Linge, lo cogemos en Liabygda hacia Stranda, con el objetivo de llegar a Stryn. Desde allí haremos el recorrido por el lado occidental del parque natural de Jostedal, la carretera 60, paralelo al de la ruta 55, hasta que ambos se juntan en Sogndal. El camino es bonito y parece menos explotado turísticamente que la ruta 55. Tampoco hay tanta carretera de montaña, y la parte más peligrosa es la carretera que se estrecha en algunas zonas que bordean fiordos, donde si no calculas bien, te puedes ir al mar o te puedes dejar la chapa del coche contra las protecciones de piedra. A las 19 horas ya estoy muy cansado de conducir y decidimos parar antes de llegar a Sogndal ( el primer objetivo era llegar a Flam, pero éste queda muy lejos y nadie nos garantiza que haya alojamiento disponible en una zona tan turística). Llegamos a Lunde y vemos un camping al lado de una montaña sobre la que se desplaza la lengua de un glaciar. No nos lo pensamos y allí paramos a descansar por la noche. Nos alquilan un apartamento por 600 NOK, no está mal el precio. Además, tiene también wifi. Dejamos las cosas y salimos a dar una vuelta por el camping y sus alrededores. Nos rodean unas montañas altas con grandes manchas de hielo y nieve. En realidad, el pueblo de Lunde es el camping, a menos que estuviese muy escondido. El paseo dura poco más de una hora, volvemos al apartamento para ducharnos y preparar la cena. Después nos conectamos un rato a internet y poco después nos vamos a dormir.


Mañana volvemos a Bergen y tenemos que devolver el coche antes de las 15 horas.

DATOS PRÁCTICOS
Precios por persona
* Ferry Afarneset-Solsnes: 88NOK (Coche + Conductor + Adulto)
* Ferry Ljebyg-Stranda: 81 NOK (Coche + Conductor + Adulto)
* Lunde tourist Stasion: 600 NOK/noche (sábana y toallas incluídas)
Lo encontramos en ruta, en la Carretera nº5 unos Km después de Skey. Tiene 4 cabañas de diferentes tamaños, habitaciones con cocina y baño compartido y apartamentos. Nosotros estuvimos una noche en un apartamento que estaba muy bien, con una habitación con una cama doble y una idividual, baño completo, y cocina.

Datos de interés (1€ = 8,70 NOK)
Diesel: 10,99 NOK/L

dijous, 13 d’agost del 2009

Día 11: Lom, Jotunheimen, Geiranger y el Trollstigen

Hoy va a ser un día muy completo. Es el primer día de las vacaciones que no tenemos reservado ningún alojamiento, con lo que no sabemos dónde vamos a dormir. Nuestro objetivo sería, si todo va bien, llegar a la Escalera de los Trolls y dormir en algún camping por allí, pero no sabemos si la agenda apretada que tenemos por el camino nos permitirá llegar.
Nos levantamos a las 8, y esta vez, a parte del desayuno, nos toca volver a preparar las maletas para meterlas en el coche y limpiar un poco la cabaña. Tenemos que llegar a las 10 a Solvorn para coger el ferry que nos lleve a Urnes, si no conseguimos llegar a tiempo, se nos fastidiará una buena parte del plan. Poco más tarde de las 9 salimos del camping, como no había nadie en recepción hemos dejado las sabanas plegadas encima de una de las camas, y la llave de la cabaña debajo del felpudo, tal como estaba cuando llegamos.
La iglesia de Urnes es la más famosa stavkirke (iglesia de madera) de Noruega, patrimonio de la Humanidad debido a su antiguedad, aunque creemos que no es la más bonita.
Salimos hacia Solvorn y conseguimos llegar diez minutos antes de las 10. Vemos mucha gente que va sin coche porque desde el muelle de Urnes hasta la iglesia hay un camino de 1 km., así se pueden ahorrar el precio del coche. Nosotros iremos con el coche pues luego subiremos hasta Skjolden por la comarcal 5, una carretera que promete mucho, por el lado este del Lusrtafjorden.
En el ferry coincidimos con una pareja española (por el acento diría que son de Zaragoza) que pasan ocho días en Noruega y que ayer hicieron la ruta de Flam a Sogndal evitando el túnel de 24 km., el Laerdalstunnelen, subiendo un puerto de montaña muy exigente en el que quemaron los frenos del coche de alquiler. Debido a la avería, iban con un retraso de un día en sus planes.
Cuando llegamos a Urnes dejamos el coche en un aparcamiento situado en la misma comarcal 5, y subimos andando prácticamente la misma distancia que desde el muelle. Llegamos a la iglesia de Urnes después de una buena subida, no somos los primeros pero casi. Ver la iglesia por fuera es gratis pero si quieres entrar sólo puede ser mediante visita guiada en inglés y pagando. Pagamos por la visita guiada, la cual empezará cuando lleguen el grueso de turistas que vienen caminando desde el ferry, en 10 minutos. Mientras tanto, aprovechamos para hacer unas fotos de la iglesia, la cual, para nuestra desgracia, está en obras por su fachada delantera y con todo el suelo interior levantado. Como luego nos explicará el guía, se ve que en los 80 se hicieron unas excavaciones para estudiar los restos arqueológicos que pudieran haber en la iglesia, y esto provocó problemas en la estabilidad de la iglesia, la cual se sitúa en una colina con pendiente, por lo que se tuvo que nivelar con piedras debajo de las paredes de madera. También nos explicó que las paredes del lado norte son negras porque este era el color original, y se ha conservado gracias a que el sol no le ha afectado tanto como al lado sur, el cual ya no tiene ese color negro sino el típico de la madera. Si quereis saber más sobre esta iglesia clickad aquí.


Después de la visita nos sentamos en la terraza del bar cercano a tomarnos unos cafés antes de empezar la ruta por el Lustrafjorden. También compramos unas frambuesas en el mismo bar, a 20 NOK, casi la mitad de precio del autoservicio de ayer. Bajamos por el camino hasta el aparcamiento disfrutando de las vistas y saboreando las frambuesas previamente lavadas en el bar. Es un paseo muy agradable, la luz del sol realza la belleza de la naturaleza verde.


Cogemos las comarcal 5 y seguimos disfrutando de unas preciosas vistas bajo el sol. El Lustrafjorden nos ha enamorado. Esta carretera es muy poco transitada, y, aunque estrecha, es un placer conducir por ella. Así llegamos hasta Skjolden, donde volvemos a coger la carretera 55, no menos agradable.


Desde aquí comenzamos a subir para adentrarnos en el parque nacional de Jotunheimen, cuanto más subimos más frío hace. Así, hasta llegar al Sognesfjellsveien, el paso de montaña más alto del norte de Europa. La montaña está llena de glaciares y lagos, todo un espectáculo para nuestra vista. Llegamos a un punto donde hay unos túmulos, tumbas de gente que, no sabemos por qué razón, están enterrados allí, la verdad es que es un buen sitio para descansar eternamente, sobre todo si odias la calor. Nos sorprende la cantidad de ciclistas sacrificados que vemos subir.


A partir de aquí, la carretera baja hasta Lom, pueblo donde paramos a comer. Es un pueblo lleno de cicloturistas, un paraiso de las bicicletas. Comemos unas hamburguesas dobles con unas coca colas bien grandes en el Kraemarhuset, acabamos llenos. Después nos vamos a ver la iglesia de madera, la cual nos parece por fuera más bonita que la de Urnes, es una iglesia preciosa (estilo diferente a las de piedra a las que estamos acostumbrados). Para ver más información sobre la stavkirke de Lom podeis clickar aquí.


Dejamos este pueblo tomando buena nota de él, nos ha gustado mucho como una buena base para hacer ecoturismo. Cambiamos a la carretera 15, que nos ha de llevar a Geiranger y a su famoso fiordo que, como no, también es patrimonio de la Humanidad. Volvemos a subir otro puerto, bajan otra vez las temperaturas.


Al fin llegamos a un mirador con una vista impresionante del Geirangerfjorden. Nos estamos media hora allí haciendo fotos desde un lado, desde otro, ahora haciendo el pino; en cualquier posición son fotos preciosas.


Bajamos a Geiranger, otro pueblo que parece vivir completamente por y para el turismo, en el que no vamos a parar. Aquí cogemos otra carretera famosa por su belleza, la 63, que va bordeando el fiordo, volvemos a subir y nos encontramos con otro mirador sensacional, no podemos resistir la tentación de volver a parar y hacer otra tanda de fotos. Nuestro cerebro no consigue asimilar toda la belleza que está viendo durante el día de hoy, nos desborda.


La carretera 63 desde Geiranger a Åndalsnes, conforma la Ruta Dorada, otra carretera tan impresionante como la 55.
Lástima que poco después de pasar Geiranger comienza a aparecer la lluvia. Con ella llegamos a Eidsdal, pueblo en el que la carretera nos lleva directamente a la cola para coger el ferry hasta Linge. El tiempo va empeorando y cuando cruzamos con el ferry y cogemos la carretera que nos ha de llevar hasta el Trollstigen, la carretera 63, comienza a caer el agua con gran fuerza. Volvemos a subir otra vez otro puerto y aquí llueve un poco menos, y cuando llegamos a la Escalera de los Trolls (Trollstigen) la lluvia es lo suficientemente suave como para que incluso paremos a hacer algunas fotos, aunque hay muy poca visibilidad debido a la niebla. De todos modos, las 11 curvas de la escalera son impresionantes, sobre todo por las cascadas que aparecen por doquier, llenas de agua enfurecida que truena de forma ensordecedora. Una de ellas, Stigfossen, de 180 metros de alto, baja acompañando toda la carretera.


Bajamos el Trollstigen y vuelve a llover con fuerza; pocos kilómetros más adelante nos topamos con el camping del Trollstigen, el punto al que queríamos llegar. Ya no les quedan más que roulottes o habitaciones. Decidimos coger una habitación pues tienen el baño cerca, aunque sea compartido; las roulottes no tienen baño y tienes que desplazarte 300 metros bajo la lluvia para llegar a él.
Dejamos las cosas en la habitación, nos duchamos y cenamos. Queremos ir a dar una vuelta por el camping pero llueve tanto que decidimos encerrarnos en la habitación y dormir. Mañana llegaremos hasta la carretera del Atlántico y daremos media vuelta.

DATOS PRÁCTICOS
Precios por persona
* Ferry de Solvorn-Urnes: 79 NOK Coche + Conductor / 29 NOK Adulto
* Entrada Stavkirke Urnes: 50 NOK
* Ferry Eidsal-Linge: 81 NOK
* 2 hamburguesas dobles con 2 coca colas en Kraemarhuset (Lom): 254NOK
* Trollstigen Camping: 430 NOK habitación/ 85NOK (Sábanas+toallas/persona)
Lo encontramos en ruta. Hay cabañas de diferentes tamaños y también un par de habitaciones con 4 camas cada una que comparten baño. A nosotros nos dieron por este precio una habitación con 4 camas pero sólo pagábamos por 2 y no teníamos que compartir la habitación con nadie más.

dimecres, 12 d’agost del 2009

Día 10: Un día tranquilo por Jostedal

Esta mañana no hemos madrugado, nos hemos levantado a las 9, con agujetas, recuerdo del día anterior. Nos hemos comido nuestro desayuno (nocilla noruega, mermelada de cloudberry (mora ártica, galletas, junto a batido de chocolate) mientras veíamos como llovía fuera de la cabaña y la niebla tapaba las montañas de delante nuestro. Teníamos dos posibilidades, una ir a Molden, desde donde Svein, el dueño del camping, nos había dicho que había unas vistas preciosas ,siempre que no hubiese niebla; y la otra posibilidad era ir a hacer un trekking suave por la zona del glaciar de Bergsetbreen. Como el día no era nada bueno hemos decidido olvidarnos de las vistas de Molden y nos hemos dirigido al Bergsetbreen por la misma carretera que ayer habíamos tomado para ir al Icetroll. Hemos dado una vuelta en coche por Gaupne, un pueblo muy sencillo con una bonita iglesia,

y en Gjerde hemos parado a comprar agua en un supermercado. También hemos hecho una parada en medio del camino por la 604 para comprar frambuesas en una parada de autoservicio en plena carretera. Yo mismo he escogido la bandejita de frambuesas que más me gustaba y he puesto el billete de 50 NOK, cogiéndome el cambio de 15 NOK.



Nada más llegar a la zona del aparcamiento de Bergset, hemos podido ver de lejos la lengua del glaciar, una vista preciosa.


Nos hemos puesto el calzado para caminar y nos hemos puesto en marcha por el sendero marcado, en dirección a la montaña. Se trataba de un trekking muy fácil, donde la máxima dificultad era llenarse lo menos posible de barro; hemos visto puentes sobre riachuelos a rebosar de agua que bajaba con gran fuerza desde la montaña, puntos panorámicos para hacer buenas fotos, hormigueros gigantes llenos de hormigas hiperactivas, setas gigantes, y a nuestros compañeros holandeses de la expedición al glaciar del día anterior.


Ambas parejas hemos ido cada uno a nuestro ritmo (por supuesto ellos más rápidos, están en plena forma), hasta llegar, tras una hora y cuarto de camino, hasta un punto lleno de arboleda baja sobre un pequeño riachuelo que nos separaba de la montaña, aún un poco lejos ésta de nosotros. Los cuatro hemos opinado que no valía la pena mojarse las piernas por intentar descubrir dónde seguía el sendero, si es que lo había, y hasta dónde llegaba, por lo que hemos dado media vuelta otra vez hacia el coche. Al fin y al cabo, habíamos hecho lo que queríamos, caminar un poco por un camino agradable sin mucho esfuerzo.


Una vez en el coche nos hemos dirigido a Gaupne a comer en una pizzería al lado de la carretera y anexa a un super. Hemos comido pizza con unas coca colas y luego un café. En ese momento se ha puesto a llover con ganas. Justo cuando terminábamos de comer ha parado de llover y hemos podido ir a comprar al super sin mojarnos. Hemos ido a la cabaña a dejar la compra y, sin parar a descansar, hemos vuelto a coger el coche dirección Solvorn, a coger el ferry para ir a ver la iglesia de madera (stavkirke) de Urnes, también patrimonio de la Humanidad, por su antigüedad y por ser la iglesia de madera de Noruega que mejor conserva el estilo de sus orígenes, por el año 1000. Después de unos 40 km. llegamos a Solvorn y nos percatamos que ya no hay más ferries por la tarde, tendremos que esperar hasta mañana a verla (aprovechamos para hacer algunas fotos de un padre con sus hijos pescando en un escenario idílico).


Así que volvemos a ponernos en la carretera para hacer otros 20 km. hacia Kaupanger, donde hay otra stavkirke también bastante importante.


Llegamos hasta allí, le hacemos varias fotos y nos vamos al pueblo cercano de Sogndal, por el cual damos una vuelta hasta llegar a una plaza donde vemos que hay una red wifi libre y aprovechamos para escribir un post en el blog. Esta tarde hay concierto en el centro de Sogndal, se trata de unos artistas que parecen salir de alguna Operación Triunfo de Noruega. La zona está llena de adolescentes, y las terrazas más altas están llenas de gente mirando el concierto. Antes de anochecer cogemos el coche para volver al Viki camping. Cenamos y nos vamos pronto a dormir, que mañana toca conducir mucho. Dejaremos Hoyheimsvik para llegar hasta Andalsnes; es un día con objetivos muy ambiciosos: Urnes, Lom, Jotunheimen, Geiranger y Trollstigen (la escalera de los trolls).

DATOS PRÁCTICOS
Página web de rutas por el Lustrafjorden, clickad aquí.

Precio por persona
Datos de interés (1€ = 8,70 NOK)
Bandeja de frambuesas en autoservicio cerca de Jostedal: 35NOK
Diesel: 10,92 NOK/L
Pizza+2 Pepsi+ café solo+ capuccino en restaurante en Gaupne: 255 NOK

dimarts, 11 d’agost del 2009

Día 9: El glaciar Tunsbergdalsbreen


A las 7 de la mañana suena la alarma, el día está un poco nublado pero no amenaza con llover. No podemos perder tiempo, a las 9 debemos estar en el Breheimsenter, la instalación desde la que se tiene el punto de partida a las diferentes excursiones por glaciares que se pueden contratar con Icetroll. No estoy seguro pero creo que también se pueden contratar allí excursiones con otras empresas. Nosotros vamos a realizar la excursión de un día entero al Tunsbergdalsvatnet (Lago de Tunsbergdal). Cogemos la carretera 55 dirección Sogndal hasta Gaupne, allí hay un desvío que indica Jostedaal y Breheimsenter, la carretera 604. Seguimos unos treinta kilómetros una carretera estrecha, preciosa. Llegamos hasta Gjerde, y allí la carretera se bifurca entre Bergset y Nigardsbreen, dos glaciares. Seguimos la carretera del Nigardsbreen y poco más adelante llegamos hasta un edificio muy curioso delante de una montaña en la que se asienta una lengua de glaciar que suponemos es la de Nigardsbreen.


En el edificio ya nos esperan todos los demás componentes de la expedición: nuestro guía argentino Carlos, una pareja de holandeses, un israelí y una norteamericana. En total seremos siete personas. La excursión nos cuesta unos 100 euros por cabeza, esperamos que valga la pena, aunque ya desde un principio nos cautivó tanto la idea cuando vimos la web de Icetroll, que nos tiramos de cabeza a reservar la excursión de un día entero, que se espera que sea bastante cansada. Cogemos el coche y vamos hacia el glaciar, unos veinte kilómetros de vuelta por el camino que ya habíamos hecho antes para llegar. Llegamos a un lago en el que Carlos nos da el equipo necesario (chaleco, zapatillas de agua y remos) y nos explica cómo debemos manejar el kayak. Nos ponemos el material y nos metemos en la piragua.


Carlos se situa en la misma piragua que la mujer norteamericana, pues ésta no tiene experiencia con el kayak y tampoco tiene fondo físico, el chico holandés con el chico israelí (que tampoco tiene expericencia), y la chica holandesa se ubica en un kayak individual. Los holandeses tienen una buena experiencia en kayak. Nosotros vamos en nuestro kayak esperando a ver qué pasará. Carlos le ha dado a Silvia un remo pequeño, y desde un principio ella no se siente a gusto con ellos, le molestan a la hora de remar. Pronto comenzamos a quedarnos atrás, y eso que Carlos nos dice que los movimientos que hacemos son correctos y sincronizados.


El trayecto en kayak dura dos horas, hasta llegar a la otra punta del lago, ha sido un viaje precioso pero cansado. Cuando llegamos a la otra orilla, dejamos los kayaks y cogemos la comida que nos hemos llevado para el evento. De vez en cuando comienza una lluvia suave que no nos molesta prácticamente. Nuestro enemigo es el frío, que comienza a dejarse notar ya cuando nos acercábamos a la orilla. El agua está a un par de grados sobre cero. Comenzamos a caminar por un camino de montaña en dirección a la lengua del glaciar, tenemos que sortear constantes riachuelos que fluyen desde el hielo que se funde. A nuestro lado hay una especie de río que proviene también del deshielo y que alimenta el lago.


Tras cerca de una hora de camino llegamos al glaciar de Tunsbergdalsbreen y Carlos nos da los crampones para caminar por encima del hielo. También nos da picos que en principio no necesitaremos. Todo este material se encuentra en un cubo que se encuentra permanentemente al lado del glaciar. De él coge también cuerda y ganchos por si es necesario algún rescate de emergencia; nos avisa que el hielo es muy peligroso y que si nos caemos, la caida puede llegar a ser de unos treinta metros, la altura de la masa de hielo del glaciar en algunos de sus puntos. Nos enseña a caminar con los crampones por el hielo y comenzamos a subir por el glaciar. Es una sensación nueva, nos sentimos como exploradores aventureros, aunque Carlos hace esto cada día, y no expone a sus clientes a riesgos innecesarios.


Nos enseña grietas preciosas que desprenden una luz azul. Nos indica que el hielo más resistente es ese azul, que cuando está blanco es más fácil que se quiebre. Caminamos un par de horas por el hielo buscando cuevas, pero las que encontramos son demasiado peligrosas como para explorarlas.


Cuando salimos del hielo, Carlos saca un termo de no se sabe dónde lleno de chocolate caliente. El chocolate calienta nuestros cuerpos y nos ayuda a comenzar el camino de vuelta. Otra vez caminar por la montaña hasta el lago y otra vez dos horas de kayak. A Silvia le aparece la primera ampolla al lado del pulgar derecho. Carlos nos anima hablando de Barcelona y de fútbol con nosotros, esperándonos con su kayak, sin dejar que nos quedemos demasiado rezagados. Cuando llegamos a la otra orilla del lago ya no podemos con nuestros huesos, no podemos levantar los brazos de tanto que nos duelen, pero la experiencia ha sido lo mejor del viaje hasta el momento, y seguramente sea lo mejor definitivamente. Llegamos al camping anocheciendo, la aventura ha durado prácticamente doce horas. Nos duchamos en las duchas del camping, cenamos y nos vamos a dormir sin fuerzas ni para pensar qué vamos a hacer el día siguiente.


DATOS PRÁCTICOS

Precios por persona
* Excursión de un día al Tunsbergdalsvatnet (Kayak + Trekking) con ICETROLL: 890 NOK
Reservado a través de su web con antelación. El número de personas por grupo suele ser reducido.

dilluns, 10 d’agost del 2009

Día 8: De Bergen al Sognefjord

Esta noche he dormido fatal; el miedo a que el pescado me haya sentado mal y el respeto que me da siempre coger un coche de alquiler, además de no tener controlado el camino hasta la oficina de Europcar, todos estos factores deben haberme afectado. La hora de recogida del coche son las 13 horas, y nosotros tenemos el tope máximo de las 11 horas para salir de la casa. Decidimos levantarnos tranquilamente y salir a las 10:30 de la casa, con la idea de coger antes el coche, así podremos ir más tranquilos camino a Høyheimsvik, donde está el camping donde queremos dormir hoy. La cosa empieza bien, no llueve. El camino comienza de bajada y llegamos hasta las afueras de Bergen sin mucho contratiempo.


Pero poco a poco las casas van dejando su lugar a un polígono industrial por el que se hace pesado ir con las maletas. Al final, llegamos a la oficina de Europcar, en la calle Kanalveien, una hora y cuarto más tarde, sudados y fatigados. Para colmo, en la oficina nos dicen que están teniendo problemas con varios coches que debían haber devuelto a las 8 de la mañana y que aún no han llegado, y que si queremos nos pueden acercar en coche a algún lugar donde podamos esperar tranquilamente, y no perdidos en un polígono sin un miserable bar. Les pedimos que nos acerquen al restaurante más cercano, un Peppes Pizza a poco más de un kilómetro de allí. En el restaurante comenzamos tomando un café gratis, y acabamos comiendo a eso de las 13 horas. Por fin nos llaman a eso de las 14:30, nos vienen a recoger. El coche que tienen preparado para nosotros no es el Volkswagen Polo o alguno similar tal y como nos imaginábamos, sino que es un Toyota Yaris Versus con publicidad en la carrocería de MK-Utleie algo que no sabemos lo que es (más tarde entramos en su web y vimos que era alquiler de furgonetas). Nos entra la risa, pero como no hay ningún otro coche y ya vamos con dos horas de retraso, lo cogemos y salimos pitando a eso de las 15:15.


Hemos perdido más de la mitad del día en un Peppes Pizza. Y nada más salir con el coche, nos hallamos en un gran atasco, del cual sólo podemos escapar tras equivocarnos de dirección, volver hasta la oficina de Europcar, regresar al atasco y esta vez sí cogiendo la E-39 dirección sur. Desde allí cogemos la 580 para conectar con la E-16, y con esta giramos hacia el norte, evitando tener que entrar por Bergen. Poco a poco el camino se hace cada vez más bonito, ante nosotros aparecen diferentes fiordos, túneles larguísimos. El más largo, entre Flam y Fodnes, es el Laerdalstunnelen, de casi 25 km. de longitud, en el cual, en ambos extremos y en la parte central, se han dispuesto unas zonas más amplias para recrear la fisonomía de un glaciar, con luz azul y todo.


Tras el último de los túneles llegamos a Fodnes, donde nos espera el primer ferry a coger en coche de nuestro camino. Tenemos suerte y nada más ponernos en la fila aparece el ferry. Un chico pasa por la carretera cobrando a cada coche. A nosotros, por chofer y coche + otro ocupante, nos cobra 88 NOK, cerca de 10 euros. El ferry abre su compuerta, y coches, camiones y caravanas ocupan los sitios que les indican los operarios del ferry. Una vez el ferry está cargado, parte hacia su destino en la orilla de enfrente, en Mannheller.


A partir de aquí pasamos rápidamente por Kaupanger, Sogn y Gapne. Los paisajes son maravillosos, ya he perdido el miedo al coche y me dejo embrujar por las vistas, por fin disfruto del viaje en coche. Pasadas las 20:30 llegamos al Viki Fjordcamping, situado junto al Lustrafjorden, la parte final del Sognefjorden, con unas montañas en frente de nuestra cabaña, desde ella se puede ver una cascada y oír sus aguas caer salvajemente; se trata de la cascada de Feigefossen, que cae desde 218 metros de altura. El dueño del camping, Svein, es un hombre muy amable y simpático, de conversación fácil. Te lo puedes imaginar fácilmante sentado en una terrazita de un bar, tomando una cerveza y hablando de cualquier cosa trivial, disfrutando de ver el tiempo pasar. Alquilamos sábanas. Nuestra cabaña es la número 6, tenemos un baño sin ducha en una cabañita anexa a la nuestra, para la ducha nos tenemos que desplazar a la otra punta del pequeño camping, y hay que pagar 10 NOK por 6 minutos de agua caliente. Dejamos las cosas y salimos a dar una vuelta por el camping. Este camping y otro al lado son los que forman el pueblo de Høyheimsvik, no hay bares ni tiendas. Menos mal que paramos por la tarde en Voss a comprar en un supermercado Kiwi; hemos comprado lo que necesitamos para comer para estos tres días en el camping. Nos damos el lujo de un aperitivo con patatas fritas y cacahuetes en nuestra terraza de la cabaña, viendo el fiordo y oyendo la cascada de enfrente.


Cenamos, hacemos las camas y ya son las 23:00 horas. Estamos rendidos después del día de hoy, y mañana toca madrugar para otra etapa reina: Expedición a un glaciar.

DATOS PRÁCTICOS

Precios por persona

* Ferry de Fodnes a Mannheller: 88 NOK (coche+conductor+adulto)
Se paga mientras esperas en la cola para embarcar.

* Viki Camping: 450 NOK cabaña con baño, sin ducha / noche (Sábanas(sin toallas): 60 NOK/persona)
Lo reservamos por Internet con antelación a través de su web
Los precios de las cabañas varían en función de sus prestaciones. Hay cabañas con baño y ducha, otras con solo baño, y otras sin nada. Si quieres ducharte con agua caliente en las duchas comunitarias tienes que pagar 10 NOK y te saldrá agua ardiendo durante 6 minutos (tiempo más que de sobra para una ducha rápida).

diumenge, 9 d’agost del 2009

Día 7: Bergen

Nos levantamos a las 8:30 y vemos que no llueve, ¿es un espejismo?. Desayunamos en la habitación con la comida comprada la tarde anterior, y mientras decidimos probar suerte yendo en primer lugar a coger el funicular que suben hasta el monte Floi, el Floibanen. Si hay suerte podremos tener unas maravillosas vistas de la ciudad y del fiordo entero en el que se ubica Bergen. Markus y Karin nos habían comentado que habían cogido un paseo por el fiordo similar al que hicimos nosotros por el Lysefjord, desde Stavanger, con lo que tienen toda la mañana ocupada.
Para hacer tiempo hasta las 10 horas, damos un pequeño paseo hasta la catedral (Domkirke), bastante cercana a la estación del Floibanen. Poco a poco van desapareciendo las nubes y se imponen los rayos del sol, no nos lo podemos creer. A las 10 estamos en la cola del funicular, bueno, en ese momento no hay colas, aunque cuando subimos al Floibanen, éste ya sube con bastante gente, pero sin estar lleno. Compramos dos billetes de ida y vuelta, 140 NOK en total. Luego nos arrepentimos porque podríamos haber bajado andando y ahorrarnos la mitad, unos 7 euros.
Cuando llegamos al final del trayecto, en el monte Floi, tenemos unas vistas geniales de Bergen, y además en un día soleado.
Damos una gran vuelta por los senderos que hay por el monte, un pequeño trekking para abrir los pulmones en plena naturaleza, y quemar la pizza y las cervezas de la noche anterior. Después volvemos a bajar en el funicular.
Damos otra pequeña vuelta por el Bryggen para hacer unas buenas e insólitas fotos con sol de las casas patrimonio de la humanidad, y luego nos vamos a comer al mercado de pescado. En la parada de la chica madrileña nos preparan unos platos con salmón, ballena, arenques, gambas, buey de mar. Nos sale por unas 320 NOK, y acabamos llenos. La ballena está cortada en filetes demasiado gruesos y al final acabo detestando el sabor, con lo que no llego a terminarla, Silvia prácticamente ni la prueba. Al salmón le pasa algo parecido. Los arenques están buenísimos pero con mucha espina, cosa que hace que Silvia también apenas los pruebe, centrándose en el buey de mar y en las gambas. Al final, acabo llenísimo, tanto que ya no comeré nada más en todo el día. Tengo miedo de que me haya sentado mal el pescado a pocas horas de coger el coche para irnos hacia el norte.
Despues de comer nos vamos al B&B a hacer la digestión con una pequeña siesta y ducharnos. Luego nos queda tiempo para reservar hotel en la Tourist Information para el sábado de la semana siguiente (nos sale muy caro pues está todo cogido y sólo queda un hotel en las afueras a un precio elevado, no podemos escoger), estudiar el horario de posibles autobuses que nos lleven al día siguiente hasta la oficina de Europcar donde debemos alquilar el coche, y hacer una visita al lago junto al ayuntamiento y a la iglesia de San Juan (Johannes kirke). Paramos en un Deli di Luca para tomar algo, Silvia se come un rollito de jamón y queso, y aprovechamos la conexión a internet gratuita, la única que hemos encontrado en todo Bergen.
Antes de anocher damos otro paseo por el Bryggen, buscando de nuevo una fotografía con una luz diferente a las anteriores. Compramos unos souvenirs y tomamos una Calsberg en la terraza del Madam Felle.
Cuando nos íbamos a ir, asomamos la cabeza en el Sjobode y comprobamos que está casi vacío y de nuevo hay un chico tocando la guitarra. Aprovechamos el momento y nos sentamos a escuchar mientras nos tomamos una Hansa de medio litro. Después del chico hay una pausa en medio de la cual aparecen Markus y Karin. Markus lleva marcadas las gafas de sol, como si hubiese estado esquiando en sus Alpes. Ellos han disfrutado del crucero por el fiordo y por la tarde han subido al Floi. Nos pasamos un par de horas más tomando cerveza y hablando mientras escuchamos a un bluesman con cierto parecido físico a Van Morrison, su música suena genial.
Volvemos al B&B juntos y esta vez nos despedimos deseándonos un buen viaje. Ellos al día siguiente marchan a Oslo, nosotros nos llegaremos hasta el Sognefjord, casi 300 km. al norte de Bergen.

DATOS PRÁCTICOS

Precios por persona

* Funicular a Floibanen: 70 NOK ida/vuelta

Datos de interés (1€ = 8,70 NOK)
Degustación de salmón, ballena, arenques, marisco y gambas en el Mercado de Pescado: 327 NOK
Vaso de cerezas en un puesto al lado del Mercado de Pescado: 39 NOK
Carlsberg en la terraza de Madam Felle (Bryggen): 58 NOK

dissabte, 8 d’agost del 2009

Día 6: De Stavanger a Bergen

Hoy debemos dejar Stavanger y dirigirnos en barco a Bergen. Nos levantamos a las 7:30 y bajamos a desayunar una vez ya hemos hecho las maletas. Sissel nos está esperando con el desayuno ya preparado. Como las dos mañanas anteriores, el buffet es impresionante. Sissel nos insiste para que nos hagamos unos sandwiches para comer en el barco. No queremos abusar pero la proposición es muy tentadora y al final nos hacemos un sandwich cada uno bien completo, con queso, embutido y paté.
Después del desayuno hemos bajado de la buhardilla las maletas. Esta ha sido la tarea más pesada y peligrosa del día, pues la escalera es empinada y al principio se debe bajar de espaldas, hasta que ya hay suficiente espacio para llevar la maleta al lado del cuerpo.
Sissel nos ha dado un gran abrazo a los dos y nos ha deseado un buen viaje. Estamos muy contentos de haber estado en su casa, espero que no la echemos de menos.
Hemos salido con tiempo suficiente como para llegar hasta el barco antes de las 10, la hora de partida. Al final hemos intentado cambiar el camino para llegar antes y hemos conseguido llegar más tarde, con sólo quince minutos antes de salir el barco.
Este barco expreso hace el recorrido de Stavanger a Bergen y viceversa, parando en varios sitios más. Es conocido como Flaggruten, y lo lleva la compañía Tide. El barco tiene hasta conexión wifi de acceso gratuito, y es muy cómodo. El problema es que las primeras tres horas vamos en ese barco, y después tenemos que cambiar a otro más pequeño, con lo que se acaban las comodidades. Para colmo, me quedo sin batería en el móvil a las primeras de cambio, ya no puedo aprovechar la conexión a internet y me contento con disfrutar de las vistas desde el barco de puertos como el de Haugesund.
Silvia aprovecha el tiempo escribiendo alguna crónica para el blog de días anteriores. Tomamos unos cafés y comemos barritas de cereales, dejando los sandwiches para comerlos en el próximo Bed and Breakfast al que vamos.
Llegamos a Bergen a las 14:30, con veinte minutos de retraso debidos al cambio de barco a mitad de la ruta. Nos dirigimos directamente a la oficina de Turismo, en pleno centro de Bergen, la parte conocida como Torget, donde se encuentra también el mercado de pescado. Allí nos hacemos con unos mapas de la ciudad y poco más, pues la oficina está repleta de turistas buscando alojamiento (la oficina te busca alojamiento previa comisión de 50 NOK, unos 6 euros).
Miramos el mapa y vemos que la casa está bastante lejos de allí teniendo en cuenta que vamos cargados. Nos armamos de paciencia y tiramos de las maletas durante un cuarto de hora cuesta arriba hasta llegar a la calle Klosterhaugen, número 1, donde se encuentra la casa de los Berntsen. Los dueños llegan justo cuando estamos pulsando el timbre. Tras subir unas cuantas escaleras ( ¡qué manía con alquilar las habitaciones de los pisos superiores!), nos dice que la otra pareja de huéspedes aún no ha llegado, así que podemos escoger habitación. Cogemos la que tiene una pica en la propia habitación, por comodidad. Nos duchamos en el baño compartido, aprovechando que ahora está para nosotros solos, y a continuación nos comemos los sandwiches de Sissel. Una vez limpios y con el estómago medio satisfecho, salimos a buscar un super dónde comprar agua y comida para los desayunos. En las escaleras conocemos a nuestros vecinos de planta, que acaban de llegar, son austríacos. Han venido en coche desde Oslo y tienen problemas para aparcarlo. Bergen es una ciudad muy complicada para conducir por ella, con muchas calles peatonales, peaje de acceso al centro y todo el aparcamiento de pago. Al final resulta que los dueños del B&B disponen de plazas de aparcamiento (no sé si han tenido que pagar más o no) y el problema se soluciona.
La lluvia aparece en Bergen tras una pausa que nos ha permitido llegar hasta el B&B. Desde ese momento no para de llover en toda la tarde y noche. De todos modos es una lluvia ligera que no molesta demasiado.
De camino al centro nos hemos encontrado en la calle Torgallmenningen (lo que viene a ser el Passeig de Gràcia para Barcelona) una actuación de Gee Gee and Soluna, padre e hija, que tocan juntos piezas clásicas del blues y del folk desde que ella tenía 5 años (creo que desde 1995), teniendo como escenario la ciudad de Bergen. Tocan muy bien y decidimos comprarles un CD (el cual posteriormente será clave para nosotros).
Como todo turista, en primer lugar nos dirigimos a ver el Bryggen, la zona portuaria con unos edificios preciosos que son patrimonio de la Humanidad. Detrás de esos edificios hay unos callejones que llevan hasta los edificios de la Hansa Germánica, la cual era una organización alemana de comercio que durante la edad media se desplegó por gran parte de Europa convirtiéndose en una importante red comercial. Los habitantes del barrio donde se ubicaba esta organización eran alemanes que no se mezclaban con la población autóctona, llegando incluso a estar prohibidos los matrimonios entre alemanes y noruegos.
Tras esta visita nos dirigimos al mercado de pescado, consistente en unas cuantas paradas de venta de pescado: salmón, ballena y arenque ahumado, caviar, gambas y crustaceos.
También hay otros puestos de venta de souvenirs, mermeladas, artículos de lana virgen ( muy típicos de esta zona) y fish and chips ( no llegamos a probarlos para poder comparar con Escocia o Irlanda). Las paradas de pescado están llenas de jóvenes españoles e italianos ( también vimos un salvadoreño y una alemana) que atraen a los turistas mediante la familiaridad de la lengua. A los turistas les gusta poder ser atendidos en una lengua familiar, y de eso se aprovechan estos jóvenes, que intentan ser lo más simpáticos posibles, aunque lleven de pie en el mismo sitio unas cuantas horas. Es un trabajo cansado pero bien retribuido. Nosotros nos dejamos llevar por una agradable chica madrileña, a la que le compramos una bolsa de un cuarto de kilo de gambas, y de paso nos permite degustar el salmón salvaje, la carne de ballena y el caviar. Nos sentamos a comer las gambas en unas mesas dispuestas al lado de la parada. En otro puesto de fish and chips compramos unas pepsi, el chico del fish and chips también es español; manda huevos viajar 3000 kilómetros para encontrarte en una pequeña colonia ibérica. Las gambas están buenísimas, se pelan prácticamente solas y su sabor es mucho más intenso que el de las congeladas al que estamos acostumbrados.
Damos otra vuelta bajo la lluvia por la ciudad, llegando hasta la catedral, y luego nos vamos a cenar algo de verdad al Egon Restaurant, el competidor gemelo del Peppes Pizza; nos cogemos una pizza y dos cervezas; la pizza podemos escoger entre 30 cm. o 40 cm., cogemos la grande y nos arrepentimos cuando la vemos pues es demasiado grande. Salimos inflados del restaurante y nos dirigimos a dar otra vuelta por el Bryggen. Llueve mucho y decidimos meternos en un bar que tiene muy buena pinta, el Sjoboden, con una barra en forma de drakkar (barco vikingo) y música en directo. Pedimos unas jarras de medio litro de la cerveza Hansa, la típica de Bergen, y mientras escuchamos la música sentados en la barra, vemos a los chicos austríacos del B&B que nos saludan y nos invitan a sentarnos con ellos. Aceptamos la invitación y comenzamos una agradable conversación con ellos mientras tomamos la cerveza y suena la música. Markus y Karin nos cuentan su viaje, donde viven, en qué trabajan, y, como no, hablamos de fútbol (bueno, de fútbol hablamos Markus y yo, pues Markus es un buen fan del Barça, aunque nunca viera a Krankl jugar de azulgrana, jejeje). Así llegan las 23 horas y decidimos irnos todos juntos, bajo la lluvia, dirección al B&B. Ha estado muy divertido compartir la noche con ellos.
DATOS PRÁCTICOS
Precios por persona
* Flaggruten Stavanger-Bergen (Tide: Flaggruten): 360 NOK
Lo compramos con antelación a través de la web, cuánto antes se reserve más económico sale.
* Habitación en la casa privada Berntsen: 500 NOK noche
Dirección: Klosterhaugen 1, 5005 Bergen
Teléfono: +47 55 32 35 02
Reservado antes de marchar por email a través de la Oficina de Turismo de Bergen: info@visitbergen.com. Cobran una comisión por la gestión de 50 NOK.
La casa tiene tres plantas y por lo que pudimos ver parece que alquilan las habitaciones de la tercera en la que hay tres que comparten baño y ducha. Está en una zona tranquila y llegas caminando al centro en unos 10 minutos.
La habitación tenía una cama doble, armario, sofá, y televisión.
Datos de interés (1€ = 8,70 NOK)
Botella Agua 0,7L en el 7Eleven: 30 NOK
Cd Gee Gee & Soluna (músicos callejeros): 120 NOK
350 g de Gambas en el Mercado de Pescado: 70 NOK
Botella CocaCola en el Mercado de Pescado: 30 NOK
Pizza de 40cm de diámetro+2 Cervezas de 0,4L en el Egon Restaurant: 403NOK
Cerveza Hansa en Sjoboden (Pub en Bryggen) con música en directo: 59 NOK